Casi una década después de que por primera vez se recomendara la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) para las chicas, apenas dos estados de EE. UU. y Washington D.C. requieren esa inmunización, encuentra un estudio reciente.
Además, apuntan los investigadores, la mayoría de estados de EE. UU. requieren otras vacunas recomendadas de forma rutinaria para los preadolescentes y adolescentes: las vacunas contra la hepatitis B, la varicela y la meningitis.
"Nuestro estudio no puede responder la pregunta de por qué", dijo Jason Schwartz, investigador en bioética de la Universidad de Princeton, en Nueva Jersey. "Solo podemos mostrar que hay una marcada diferencia entre la vacuna contra el VPH y las demás".
Pero Schwartz especuló que los estados quizá no quieran reabrir la controversia que surgió con la aprobación de la vacuna contra el VPH en 2006.
Entonces, varios estados propusieron una legislación que hiciera que la vacuna fuera obligatoria. Pero se toparon con la oposición de padres preocupados e incluso de expertos en salud pública, que dijeron que era demasiado pronto para tales requisitos.
"Es una controversia exclusiva de la vacuna contra el VPH", dijo Schwartz.
Los hallazgos del estudio aparecen en la edición del 14 de julio de la revista Journal of the American Medical Association.
La vacuna contra el VPH protege de varias cepas del virus del papiloma humano que provocan arrugas genitales o anales y que pueden al final conducir al cáncer. La mayoría de los cánceres de cuello uterino son provocados por el VPH, y el virus también puede contribuir a tumores vaginales, anales y de la vulva.
Desde 2007, las autoridades sanitarias de EE. UU. recomiendan que todas las niñas de 11 y 12 años reciban la vacuna contra el VPH, y que las adolescentes y las mujeres jóvenes de hasta 26 años reciban vacunas de "actualización" si no aprovecharon la oportunidad anterior. Luego, ese consejo se amplió a los chicos y a los hombres jóvenes.
Pero ahora mismo, Virginia y Washington, D.C., son las únicas jurisdicciones en que la vacuna contra el VPH es obligatoria. En agosto, Rhode Island se unirá a esa lista, dijo Schwartz.
Al contrario, 29 estados y el Distrito de Columbia requieren la vacuna meningocócica, que protege contra infecciones graves del cerebro, la médula espinal y la sangre, dijeron los investigadores en notas de respaldo. 47 estados y D.C. requieren la vacuna contra la hepatitis B, que es una enfermedad de transmisión sexual, igual que el VPH.
Todos los estados requieren que los niños sean vacunados contra la varicela, añadieron los autores del estudio.
Y no solo se debe a que esas vacunas sean más antiguas, encontró el equipo de Schwartz. Cuando la vacuna contra la hepatitis B cumplió ocho años, por ejemplo, 36 estados y Washington D.C. ya la habían hecho obligatoria.
"La diferencia entre los requisitos estatales para la vacuna contra el VPH y otras vacunas adolescentes recién recomendadas es llamativa", dijo la Dra. Jessica Kahn, profesora de pediatría del Centro Médico del Hospital Pediátrico de Cincinnati.
Si más estados hicieran que la vacuna fuera un requisito, eso ayudaría a mejorar la baja tasa de vacunación contra el VPH a nivel nacional, dijo Kahn, que no participó en el estudio.
En 2013, apenas el 38 por ciento de las chicas adolescentes de EE. UU. y el 14 por ciento de los chicos habían recibido las tres dosis de la vacuna contra el VPH, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
Hay tres vacunas que pueden prevenir la infección con ciertas cepas del VPH relacionadas con el cáncer: Cervarix, que protege a las chicas y mujeres de las verrugas genitales y el cáncer del cuello uterino; y Gardasil y Gardasil 9, que protegen contra las verrugas y el cáncer anal en ambos sexos, además de los cánceres de vagina y de vulva, señalan los CDC.
Las tres dosis de las vacunas cuestan unos 400 dólares, pero la mayoría de planes de seguro y Medicaid las cubren.
Schwartz dijo que no cree que el costo sea una barrera importante para unos requisitos estatales respecto a la vacuna contra el VPH. Otras vacunas obligatorias, como la vacuna meningocócica, no son baratas, apuntó.
Unas recomendaciones "firmes" de parte de los médicos también podrían ayudar a mejorar las tasas de vacunación contra el VPH, señaló Kahn, al igual que esfuerzos por hacer que más padres sean conscientes de los beneficios de la vacunación.
A algunos padres les preocupa que la vacuna contra el VPH dé a los niños una aprobación tácita para mantener relaciones sexuales, dijo Schwartz. "Pero ahora tenemos evidencias claras de varios estudios de que la vacuna no fomenta la actividad sexual", dijo.
Schwartz se mostró de acuerdo en que la obligatoriedad estatal no es la única forma de fomentar las tasas de vacunación contra el VPH.
"Pero también creo que quizá ha llegado el momento de comenzar a pensar sobre los requisitos, y en cómo podrían aumentar la cobertura (de la vacuna contra el VPH)", planteó.
Según Fred Wyand, director de comunicaciones de la Asociación Americana de Salud Sexual (American Sexual Health Association), la obligatoriedad "obviamente" es una forma efectiva de mejorar las tasas de vacunación.
Pero incluso sin leyes, aseguró Wyand, la vacunación contra el VPH se debe considerar como "normal y rutinaria", y los médicos deben promocionarla de esa forma. Anotó que algunos padres creen erróneamente que es poco probable que sus hijos necesiten protección contra el VPH.
"La mayoría de individuos sexualmente activos tendrán una o más infecciones con VPH en algún momento de sus vidas", dijo Wyand, "y el VPH afecta a todos los sectores demográficos".
Fuente: Medline Plus