La Organización Mundial de la Salud (OMS) exhorta a los países a que avancen hacia la cobertura sanitaria universal y potencien su inversión internacional en una financiación que catalice el desarrollo. El llamamiento coincide con la llegada de dirigentes de todo el mundo a Addis Abeba para la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Financiación para el Desarrollo, en la que se debatirán las distintas opciones para financiar los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible, que se presentarán en Nueva York en septiembre de 2015.
«La mejor forma de avanzar realmente hacia el nuevo objetivo sanitario mundial pasa por lograr que los países se vayan acercando a la cobertura sanitaria universal», señala la Dra. Margaret Chan, Directora General de la OMS.
Muchos países necesitarán ayuda para generar los fondos requeridos. La conferencia de esta semana se centrará en el fortalecimiento de la cooperación internacional para potenciar la capacidad de los países en desarrollo de mejorar las políticas fiscales nacionales y la recaudación de ingresos, así como los esfuerzos por reducir los flujos financieros ilícitos y la evasión fiscal en el ámbito internacional.
Progreso hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio
Si la tendencia actual se mantiene, a finales de año se cumplirán las metas de los Objetivos de Desarrollo del Milenio relativas al retroceso de las epidemias de infección por el VIH, paludismo y tuberculosis, y al acceso a agua apta para el consumo. También se habrá progresado considerablemente en la reducción de la desnutrición infantil y la mortalidad materno-infantil y en el incremento del acceso a servicios básicos de saneamiento.
No obstante, sigue habiendo grandes brechas entre los países y dentro de ellos. Aún queda mucho por hacer, sobre todo en los países más pobres y los afectados por conflictos. Además, han surgido nuevos retos sanitarios, como se ha puesto de manifiesto con la crisis del ebola en África occidental y el alza de las enfermedades no transmisibles. En este contexto, los países han acordado un nuevo objetivo sanitario mundial centrado especialmente en la equidad: garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades.
En un reciente informe de la OMS y el Grupo del Banco Mundial (Tracking universal health coverage: First global monitoring report) se revela que 400 millones de personas no tienen acceso a servicios de salud esenciales y que el 6% de los habitantes de los países en desarrollo se ven abocados a la extrema pobreza por culpa de los gastos sanitarios.
«Nadie debería correr el riesgo de ruina financiera por necesitar atención de salud», comenta la Dra. Chan. «Y a nadie deberían negársele los servicios de salud por no poder pagarlos».
Avance hacia la cobertura sanitaria universal
La cobertura sanitaria universal, un eje fundamental de la labor de la OMS en los últimos cinco años, aspira a corregir esos desequilibrios. Como primer paso, la Organización recomienda reducir la necesidad de que los pacientes tengan pagar directamente de su bolsillo los servicios en el punto de atención. En los países que aplican mayoritariamente el sistema de pagos directos, las facturas de los gastos sanitarios empujan cada año a 100 millones de personas hacia la pobreza.
La financiación pública es fundamental para reducir los gastos directos. Al aumentar el gasto público en salud, se reduce la dependencia de los pagos directos. Entre 1995 y 2013, el gasto público en salud aumentó del 3,4% al 4,1% del PIB de media en 190 países. El aumento en los países de ingresos bajos ha sido mayor, del 1,7% al 2,6% del PIB.
Pese a la mejora, aún queda mucho camino por delante. Los países se enfrentan a un doble reto: movilizar más recursos públicos nacionales para la salud y velar por que los sistemas de salud utilicen los recursos de forma más eficaz.
En la conferencia de Addis Abeba, la OMS instará a la comunidad internacional a reforzar la cooperación con los países de ingresos bajos y medianos-bajos con objeto de combinar la financiación nacional y la externa y disponer de recursos suficientes para establecer sistemas de salud sólidos.
Además, la Organización hará hincapié en la importancia obtener mejores resultados con el dinero desembolsado poniendo en marcha acuerdos innovadores de prestación de servicios, reduciendo el precio de productos imprescindibles (por ejemplo, medicamentos) adquiridos en el mercado internacional, y reduciendo la fragmentación de los flujos de ayuda destinados a los países.
«Si se desea realmente alcanzar las metas de los ODS, se deben hacer inversiones de verdad, tanto en el plano nacional como en el internacional», añade la Dra. Chan.
La OMS subraya el potencial de generar ingresos públicos adicionales aplicando tasas impositivas a los productos de tabaco. En un informe reciente se revela que solamente 33 países en todo el mundo han introducido impuestos que representan más del 75% del precio de venta al por menor de un paquete de cigarrillos. Algunos países no aplican impuestos a los productos de tabaco, o los impuestos son muy reducidos, con lo cual renuncian a una medida de eficacia probada para mejorar la salud y generar fondos para fortalecer los servicios de salud.
Asimismo, la Organización es partidaria de la iniciativa de que los países de ingresos altos dediquen el 0,7% de su PIB a la asistencia social para el desarrollo (AOD) y entre el 0,15% y el 0,20% de su AOD/PIB a los países menos desarrollados. Aboga por una aplicación más eficiente de dicha ayuda y por estudiar, elaborar y documentar diferentes maneras de apoyar planes generales de salud nacionales, en consonancia con los principios de la eficacia de las actividades para el desarrollo establecidos por la IHP (Alianza Sanitaria Internacional).
Fuente: WHO