Añadir una sencilla vacuna contra el tétano a otro tratamiento con vacunas para una forma altamente letal de cáncer cerebral amplió de forma dramática la supervivencia de algunos pacientes en un pequeño estudio.
Investigadores del Instituto Oncológico Duke hallaron que tres de seis pacientes de glioblastoma, un tumor cerebral con un muy mal pronóstico, vivieron años más de lo esperado tras recibir una vacuna contra el tétano para aumentar una inmunoterapia dirigida a un virus del tumor. Un paciente sigue vivo nueve años tras el tratamiento.
Investigaciones anteriores han hallado que los tumores de glioblastoma portan una cepa de un citomegalovirus que no está presente en el tejido cerebral circundante. Esto crea un objetivo natural para la inmunoterapia, que es una terapia que utiliza el poder del sistema inmunitario del propio paciente para ayudar a destruir las células cancerosas, señalaron los investigadores.
"Dado que la supervivencia [promedio] es de 12 a 15 meses en los pacientes que reciben un diagnóstico de este tumor, los resultados de los tres pacientes que sobrevivieron mucho más tiempo nos sorprendieron bastante", afirmó la autora del estudio, Kristen Batich, una estudiante de doble doctorado de la Universidad de Duke.
Un glioblastoma fue la causa de muerte del senador Edward Kennedy en 2009.
El nuevo estudio aparece en la edición en línea del 11 de marzo de la revista Nature.
Alrededor del 15 por ciento de los 23,000 tumores cerebrales diagnosticados cada año en Estados Unidos son glioblastomas, según el Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU. Los síntomas iniciales de esos tumores malignos incluyen dolores de cabeza persistentes, visión doble o borrosa, vómitos o convulsiones.
Batich y sus colaboradores dividieron a 12 pacientes de glioblastoma en dos grupos: seis recibieron un refuerzo contra el tétano, y seis recibieron una inyección de placebo. Al día siguiente, los 12 se sometieron a un tratamiento conocido como inmunoterapia de las células dendríticas.
Ese tratamiento utiliza a las células dendríticas, que "entrenan" al sistema inmunitario para que responda a un agente infeccioso específico. En este caso, el equipo del Duke extrajo glóbulos blancos de los pacientes, fomentó el desarrollo de células dendríticas y las llenaron de un antígeno (toxina) que se dirigía al citomegalovirus en los tumores de glioblastoma.
Entonces, la vacuna de células dendríticas se inyectó en los mismos pacientes de cáncer. El objetivo era señalizar a los ganglios linfáticos para que buscaran y atacaran al tumor cargado de citomegalovirus.
"Creemos que la vacuna de tétano hace un muy buen trabajo al despertar al sistema inmunitario, y pone a los ganglios linfáticos y al sistema inmunitario completo en alerta", explicó Batich. "Da a nuestra vacuna de células dendríticas una mejor oportunidad de llegar donde debe ir".
Incluso en el grupo que no recibió la vacuna contra el tétano, los periodos de supervivencia fueron algo más largos que para los pacientes promedio de glioblastoma. La mitad de esos pacientes vivieron unos 18.5 meses tras el diagnóstico, dijeron los investigadores.
Tres de los pacientes seleccionados al azar para recibir una vacuna contra el tétano más la terapia de células dendrítica seguían con vida cuando los investigadores analizaron la supervivencia. Uno vivió 4.8 años, otro vivió 5.9 años, y el otro paciente sigue sin crecimiento tumoral 8.8 años tras el tratamiento.
"Se trata de un grupo de pacientes que necesita desesperadamente un método nuevo, y este método es inteligente y emocionante", apuntó el Dr. David Baskin, director del Centro Peak de Tumores del Cerebro y Pituitarios del Hospital Metodista de Houston, en Texas, que no participó en el nuevo estudio, pero que ha participado en muchas otras investigaciones sobre los tumores cerebrales.
"Todos los que estamos en este campo estamos ansiosos de ir más allá de la quimioterapia estándar... para intentar atacar alguna cosa básica sin que las células cancerosas no puedan sobrevivir, un talón de Aquiles del cáncer", añadió Baskin, que también es vicepresidente del departamento de neurocirugía del hospital.
"La idea de usar el sistema inmunitario para tratar el cáncer tiene sentido conceptualmente", afirmó.
Batich dijo que no se observaron efectos secundarios adversos en ninguno de los participantes del estudio que recibieron la vacuna de las células dendríticas, la inyección de tétano o ambas cosas. Batich y sus colaboradores planifican análisis posteriores de los tratamientos en ensayos clínicos de mayor tamaño.
"Podemos aprovechar un gran nivel de seguridad con este tipo de vacuna, en contraste con el estándar típico de tratamiento para los pacientes de cáncer, que es un programa para matar las células malignas, pero que podría lograrlo con el costo de también destruir células sanas", comentó. "Esto ofrece una ventaja".
Fuente: Medline Plus
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