Los estadounidenses que viven en las montañas parecen tener unas tasas de cáncer de pulmón más bajas que los que viven más cerca de la playa; un patrón que sugiere que la absorción de oxígeno juega un papel, especulan los investigadores.
Su estudio de los condados del oeste de los Estados Unidos halló que conforme aumentaba la altitud, las tasas de cáncer de pulmón se reducían.
Por cada 3,300 pies (1,005 metros) de altitud, la incidencia de cáncer de pulmón se redujo en más de 7 casos por cada 100,000 personas, reportaron los investigadores el 13 de enero en la revista en línea PeerJ.
Nadie está diciendo que las personas deberían ir a las montañas para prevenir el cáncer de pulmón, o que los que ya vivan allí están a salvo.
"Esto no significa que si usted vive en Denver, entonces puede fumar", dijo el Dr. Norman Edelman, asesor médico principal de la Asociación Americana del Pulmón (American Lung Association).
Ni siquiera es cierto que la altitud, por sí misma, sea la razón de la diferencia de las tasas de cáncer de pulmón, dijo Edelman, que no participó en la investigación.
"Pero se trata de un estudio realmente interesante", señaló. "Nos da una información útil para la investigación futura".
Kamen Simeonov, uno de los investigadores del estudio, se mostró de acuerdo. "¿Debería ir todo el mundo a vivir a una altitud mayor?", preguntó. "No. Yo no tomaría ninguna decisión vital basándome en esto".
Pero los hallazgos sí respaldan la teoría de que el oxígeno inhalado podría jugar un papel en el cáncer de pulmón, dijo Simeonov, estudiante de posgrado en el programa de bioinformática de la Universidad de California, en San Francisco.
A medida que aumenta la altitud, la presión del aire baja, lo que significa que las personas inhalan menos oxígeno, explicó Simeonov. Y aunque el oxígeno es obviamente vital para la vida, el metabolismo corporal del oxígeno puede tener algunas consecuencias indeseadas, como, por ejemplo, las especies reactivas de oxígeno.
Con el tiempo, esas sustancias pueden dañar las células corporales y contribuir a la aparición de una enfermedad, incluyendo el cáncer.
Algunas investigaciones recientes con ratones de laboratorio hallaron que reducir la exposición de los animales al oxígeno puede retrasar el desarrollo de un tumor. Pero nadie sabe si inhalar menos oxígeno afectaría al riesgo de cáncer de los seres humanos.
Según Edelman, la teoría del oxígeno tiene cierta "plausibilidad biológica". Pero por ahora es solamente una teoría, señaló.
Por supuesto, el oxígeno no es lo único que varía con la altitud.
Simeonov dijo que él y su colega, Daniel Himmelstein, también estudiante de M.D./Ph.D. en la Universidad de Pennsylvania, intentaron tener en cuenta otras variables, como las diferencias de un condado a otro con respecto a la exposición a la luz solar y a la contaminación atmosférica, pero ninguna de las dos cosas explicó el vínculo entre la altitud y el cáncer de pulmón.
Tampoco lo hicieron el hecho de fumar o la obesidad, o las diferencias demográficas en los condados, incluyendo los niveles de educación y de ingresos, y la configuración racial.
"Nos preguntamos: ¿hay algo que pueda explicar esto mejor [que la altitud]?", dijo Simeonov. "Y nada más lo hizo, ni siquiera de cerca".
Además, dijo, no hubo una correlación firme entre la altitud y las tasas de varios tumores no respiratorios: el cáncer de mama, de próstata y de colon. Eso, según Simeonov, sugiere que hay un factor de riesgo "que se inhala" en juego.
Pero se apresuró a añadir que ningún estudio puede tener en cuenta todas las variables que influyen en el riesgo de cáncer.
El próximo paso, señaló Simeonov, podría ser un "estudio de cohorte", analizando los datos de personas individuales, frente a esta perspectiva de condado a condado. Pero se necesitaría una investigación de laboratorio para averiguar si la exposición al oxígeno, en concreto, podría afectar al desarrollo del cáncer de pulmón.
Para algunos, dijo Edelman, los hallazgos actuales podrían plantear otra pregunta: ¿Tomar antioxidantes podría prevenir el cáncer de pulmón? Los antioxidantes incluyen ciertas vitaminas y otros nutrientes que limpian las especies reactivas de oxígeno del cuerpo.
Sin embargo, "no se puede dar un salto así a partir de este estudio", enfatizó Edelman.
Hay algunas evidencias, indicó, de que una dieta rica en antioxidantes a partir de la fruta y la verdura podría ayudar a reducir el riesgo de cáncer de pulmón.
Por otro lado, un estudio reciente con ratones halló que los complementos de antioxidantes aceleraron la progresión del cáncer de pulmón.
Según la Asociación Americana del Pulmón, las mejores maneras de reducir el riesgo de cáncer de pulmón son evitar fumar tabaco, incluyendo la exposición al humo de segunda mano; comprobar la presencia de radón en su casa, y asegurarse de tener la protección adecuada ante cualquier exposición a sustancias químicas en el trabajo.
Fuente: Hola Doctor
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