Esta es la patología oncológica más frecuente en hombres mayores de 50 años. Según explica el doctor Víctor Caceros, oncólogo radioterapeuta del Centro Internacional de Cáncer del Hospital de Diagnóstico, el cáncer de próstata es la trasformación del tejido prostático glandular en una malformación de tejido que crece en forma desordenada y separada del resto de la glándula y tiene un potencial metastásico muy alto.
La edad de aparición es variada, pero la incidencia más alta se encuentra en las edades entre los 60 y 75 años, pero puede aparecer tan temprano como los 40 años y tan tarde como de los 85 a los 90. El oncólogo expresó que algunos de los factores que pueden intervenir en el padecimiento de esta enfermedad son: la edad, la raza (siendo mas frecuente entre los afroamericanos y asiáticos), el tabaquismo, el alcoholismo, así como la dieta rica en grasas saturadas de origen animal.
Generalmente, la enfermedad es asintomática, es decir, no se percibe ningún síntoma hasta que está en etapa avanzada. Cuando la próstata ha aumentado de tamaño (que no es en todos los casos), puede aparecer dificultad para orinar, con disminución del calibre de la orina o también orina residual, teniendo que regresar al baño en forma repetida a vaciar la vejiga.
Otro síntoma común son las infecciones frecuentes de vías urinarias y el aumento del marcador tumoral específico, las cuales componen una serie de sustancias que pueden ser detectadas en la sangre, la orina u otros tejidos del organismo para indicar la existencia de un cáncer. Finalmente, la disfunción eréctil puede estar presente hasta en uno de cada cuatro pacientes, pero puede ser un signo originado por diferentes factores.
“Por lo tanto, es importante que todos los hombres inicien evaluaciones anuales con toma de antígeno prostático específico a los 35 años, y una visita al urólogo cada año para valoración del tamaño y de las características de la próstata mediante un tacto prostático vía rectal, si el paciente tiene antecedentes familiares de cáncer de próstata. Si no hay antecedentes, la investigación puede iniciar a los 45 años”, recomendó el especialista.
En cuanto al diagnóstico, en primer lugar se debe realizar el tacto de la próstata por vía rectal, lo cual permite al médico determinar si existe algún cambio en el tamaño, consistencia o forma de la próstata, que puede tener nódulos palpables, estar aumentada de tamaño o de consistencia dura.
En segundo lugar, es importante considerar el análisis del antígeno prostático específico, que es aquel que mide la concentración de esta proteína en la sangre, la cual puede aumentar en todos los casos de cáncer prostático o de hipertrofia prostática (aumento de la próstata de carácter benigno). Por lo que es importante considerar su valor ya que nos sirve para diagnosticar la enfermedad y para valorar resultados de tratamiento. Además, se puede incluir los estudios de imagen, como la resonancia magnética, la tomografía y la ultrasonografía de próstata, que permiten tener un diagnóstico aún más certero.
La Declaración Mundial sobre el Cáncer reconoce que para lograr reducciones importantes en las muertes prematuras, la educación innovadora y las oportunidades de capacitación para los trabajadores de la salud en todas las disciplinas de control del cáncer deben mejorar significativamente.
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