Los síntomas del cáncer de páncreas impiden al 46 por ciento de los pacientes desarrollar sus actividades diarias, según ha mostrado la encuesta 'Cáncer de Páncreas: aprendiendo de las experiencias', realizada en 2013 por la Red de Acción contra el Cáncer de Páncreas y Celgene, a más de 400 pacientes y cuidadores de Estados Unidos.
Se trata de uno de los carcinomas que más muertes produce, representando en la Unión Europea la cuarta causa de fallecimiento asociada a cáncer en hombres y mujeres. Además, en Estados Unidos la tasa de supervivencia es del 6 por ciento a los cinco años.
Y es que, a pesar de que la rapidez a la hora de actuar es fundamental para el buen pronóstico de la enfermedad, la encuesta ha mostrado que se tarda una media de 2,4 meses desde que se manifiestan los primeros síntomas hasta que se diagnostica la enfermedad.
Unos meses que, según los expertos, son "cruciales" para el paciente dado que el diagnóstico de este tumor suele darse en estadios muy avanzados y, además, se estima que los enfermos con patología avanzada o metastásica tienen una esperanza de vida de aproximadamente 3 meses desde el momento del diagnóstico.
Además, el trabajo ha reflejado la situación que viven los pacientes que no han respondido con éxito al tratamiento. Así, solo el 19 por ciento de los diagnosticados ha considerado con su médico la posibilidad de participar en un ensayo clínico para el cáncer de páncreas una vez que se les diagnostica la enfermedad o antes de recibir su primer tratamiento.
"Esperamos que estos resultados ayuden a incrementar la concienciación sobre esta devastadora enfermedad, propiciando un diálogo precoz entre pacientes y médicos sobre las opciones terapéuticas y su posible participación en ensayos clínicos", ha explicado el vicepresidente ejecutivo de la Unidad de Hematología y Oncología de Celgene, Jean-Pierre Bizzari.
Por otra parte, la encuesta ha desvelado que el 92,2 por ciento de los encuestados experimentó síntomas propios del cáncer que le motivaron a acudir a la consulta del médico como, por ejemplo, fatiga, dolor abdominal agudo y dolor extendido por la espalda.
Asimismo, los pacientes sufrieron emocionalmente por el 'shock' que supone haber sido diagnosticados, y físicamente por la fatiga severa, el dolor y las náuseas causadas por la enfermedad o por su tratamiento. Finalmente, el 37 por ciento de los enfermos reconoció sentirse aturdidos, el 24,5 por ciento aterrados o ansioso y el 16,3 por ciento devastados o desolados cuando recibieron el diagnóstico.
Fuente: Tele cinco