Cuando se trata de aliviar los efectos secundarios de ciertos medicamentos contra el cáncer de mama, la acupuntura podría no funcionar mejor que una versión "falsa" de la técnica, sugiere un ensayo de tamaño reducido.
Unos medicamentos contra el cáncer de mama conocidos como inhibidores de la aromatasa con frecuencia provocan efectos secundarios como dolor muscular y articular, además de sofocos y otros síntomas parecidos a los de la menopausia. Y en el nuevo estudio, los investigadores hallaron que las mujeres que recibían acupuntura real o una variación falsa experimentaron unas mejoras similares en esos efectos secundarios en un periodo de ocho semanas.
"Esto sugiere que cualquier beneficio de las sesiones reales de acupuntura resultaron de un efecto placebo", señaló la Dra. Patricia Ganz, especialista en cáncer de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en Los Ángeles, quien no participó en el estudio.
El efecto placebo, que se observa en tratamientos de todos los tipos, se refiere al fenómeno de que algunas personas que reciben una "terapia" inactiva mejoran.
Pero es muy difícil saber cómo interpretar los hallazgos actuales, en parte porque el estudio fue tan pequeño, apuntó Ganz, que estudia los problemas de la calidad de vida de los pacientes de cáncer.
"Simplemente no creo que se pueda llegar a ninguna conclusión", lamentó.
Los practicantes de acupuntura insertan unas agujas delgadas en puntos específicos del cuerpo para lograr unos efectos terapéuticos, como el alivio del dolor. Según la medicina tradicional china, la acupuntura funciona al estimular ciertos puntos de la piel que se cree que afectan al flujo de la energía, o "qi" (pronunciado "chi"), a través del cuerpo.
El estudio, que aparece en la edición en línea del 23 de diciembre de la revista Cancer, incluyó a 47 mujeres que tomaban inhibidores de la aromatasa para el cáncer de mama en etapa inicial. Los inhibidores de la aromatasa incluyen fármacos como anastrazole (Arimidex), letrozole (Femara) y exemestano (Aromasin). Reducen los niveles de estrógeno del organismo, que fomenta el crecimiento tumoral en la mayoría de mujeres con cáncer de mama.
Se asignó aleatoriamente a la mitad a una sesión semanal de acupuntura durante ocho semanas, y la otra mitad recibió sesiones de acupuntura falsa, con agujas retráctiles.
En general, las mujeres de ambos grupos reportaron una mejora en ciertos efectos secundarios de los fármacos, como la gravedad de los sofocos. Pero no hubo diferencias claras entre los dos grupos. Y en un estudio anterior, los investigadores hallaron el mismo patrón cuando se enfocaron en el efecto secundario del dolor muscular y articular.
La Dra. Ting Bao, quien lideró el estudio, se mostró de acuerdo en que "se podría concluir que se trata de un efecto placebo".
Por otro lado, también es difícil diseñar una versión placebo de la acupuntura, apuntó Bao, profesora asistente de medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland, en Baltimore.
Durante el procedimiento falso, las agujas no penetraban la piel, y se colocaron en áreas de la piel que no se consideran como puntos en la acupuntura tradicional. Pero la estimulación podría tener cierto efecto fisiológico, explicó Bao.
"Quizá no sea inerte del todo", dijo.
Muchos estudios han sugerido que la acupuntura puede ayudar a aliviar varios tipos de dolor, como las migrañas y los dolores de espalda, además de tratar las náuseas y el vómito relacionados con la cirugía y la quimioterapia.
Algunos trabajos de investigación recientes sugieren que la estimulación con agujas también desencadena la liberación de sustancias químicas que combaten el dolor y la inflamación en el cuerpo.
El estudio actual se diseñó sobre todo para observar un efecto secundario de los inhibidores de la aromatasa, el dolor muscular y articular, que todas las participantes sufrían desde que comenzaron a tomar los fármacos. El equipo de Bao observó los sofocos, los problemas del sueño y otros síntomas parecidos a la menopausia como "resultados secundarios".
Esa es otra limitación, apuntó Ganz, porque el estudio simplemente no se diseñó para evaluar esos efectos particulares. Por ejemplo, once de las 47 mujeres no tenían sofocos al entrar al estudio.
Bao comentó que se necesitan estudios más grandes. Y también deben incluir un grupo de pacientes que no reciban acupuntura, para ver si el procedimiento es superior a no hacer nada.
Pero Bao dijo que dado que la acupuntura conlleva un riesgo bajo de efectos secundarios, las mujeres deben probarla, aunque cualquier beneficio provenga del efecto placebo.
"Los datos no son definitivos", señaló. "Pero creo que no pasa nada con explorarlo como opción, porque es de bajo riesgo".
Hay otras opciones para gestionar los efectos secundarios de los inhibidores de la aromatasa. Para los sofocos, ciertos antidepresivos y la gabapentina, un anticonvulsivo, con frecuencia resultan efectivos, dijo Ganz.
Para el dolor muscular y articular, Bao señaló que hay evidencia de que el ejercicio ayuda, si una mujer puede hacerlo. En algunos casos, el efecto secundario desaparece si una mujer cambia a un inhibidor de la aromatasa distinto, anotó Bao.
Aunque la acupuntura puede ser de bajo riesgo, el costo es otro tema. Los precios varían, pero una sesión típica cuesta unos 100 dólares, y el seguro quizá no la cubra.
Fuente: medline plus