Durante más de cien años, los investigadores no han podido explicar por qué las células cancerosas contienen un número anormal de cromosomas, un fenómeno conocido como aneuploidía, creyendo que era simplemente un subproducto aleatorio del cáncer. Ahora, un equipo de la Escuela de Medicina de Harvard (HMS en sus siglas en inglés), en Estados Unidos, propone que la aneuploidía es un conductor del cáncer más que un resultado de la patología.
Este equipo ha ideado una manera de entender los patrones de aneuploidía en los tumores y predecir qué genes en los cromosomas afectados es probable que sean supresores o promotores del cáncer. La investigación, que se publica este jueves en la revista 'Cell', ofrece una nueva teoría del desarrollo del cáncer y podría abrir la puerta a nuevas dianas terapéuticas.
"Si nos fijamos en una célula cancerosa, se ve como un lío de mil demonios con deleciones de genes y amplificaciones, ganancias y pérdidas cromosómicas, como si alguien arrojara un cartucho de dinamita en la célula. Parece el azar, pero en realidad el trabajo previo ha demostrado que existe un patrón para que los cromosomas y los brazos cromosómicos se alteren, y eso significa que podemos entender el patrón y si se maneja el cáncer" , dijo el autor principal, Stephen Elledge, profesor de Genética y de Medicina en el HMS
"Hemos propuesto una nueva teoría sobre cómo funciona esto y luego lo hemos probado mediante análisis matemático", dijo el también profesor de Medicina en el Hospital Brigham y de Mujeres, en Boston, Massachusetts, Estados Unidos.
Durante décadas, desde la "revolución oncogén", la investigación del cáncer se ha centrado en las mutaciones, es decir, los cambios en el código del ADN que activan genes anormales que promueven el cáncer, llamados oncogenes, o desactivan los genes supresores del cáncer. El papel de la aneuploidía en el que se añaden o eliminan los cromosomas enteros o brazos cromosómicos ha permanecido en gran medida sin estudiar.
Elledge y su equipo, incluyendo la investigadora y primera autora Teresa Davoli, sospecha que la aneuploidía tiene un papel importante que desempeñar en el cáncer porque los cromosomas faltantes o adicionales probablemente afectan a genes implicados en los procesos relacionados con el tumor, como la división celular y reparación del ADN.
Para probar su hipótesis, los investigadores desarrollaron un programa de computadora explorador llamado TUSON (supresores de tumores y oncogenes) junto con Xu Wei y Peter Park, de HMS y del Hospital Brigham y de Mujeres. El programa analizó los datos de secuencia del genoma de más de 8.200 pares de muestras de tejido canceroso y normal en tres bases de datos preexistentes.
De esta forma, generaron una lista de presuntos oncogenes y genes supresores de tumores en función de sus patrones de mutación y encontraron muchos más potenciales conductores de cáncer de lo previsto. Luego se clasificó a los sospechosos en función de lo poderoso que pudiera ser su efecto de supresión o duplicación en el desarrollo del cáncer.
A continuación, el equipo observó que los sospechosos normalmente aparecen en los cromosomas. Así, hallaron que el número de genes u oncogenes supresores de tumores en un cromosoma se correlaciona con la frecuencia con la que se elimina o duplica todo el cromosoma o parte del cromosoma en los cánceres. Cuando el equipo analizó el factor de potencia de los genes, las correlaciones se hicieron aún más fuerte.
"La aneuploidía dirige al cáncer, no es simplemente una consecuencia de ello", sentenció Elledge. "Otras cosas también son importantes, como las mutaciones genéticas, las reorganizaciones y los cambios en la expresión", añadió este experto, quien planea con Davoli reunir evidencia experimental para apoyar sus resultados matemáticos, lo que incluye validar algunos de los nuevos supresores de tumor y oncogenes predicho, así como hacer algunas supresiones y amplificaciones y ver si tienen las propiedades que piensan que poseen.
Fuente: Europapress
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