Una investigación ha detectado una potencial interacción entre los genes y la dieta para el cáncer colorrectal, tal y como informaron este jueves en la reunión de 2013 de la Sociedad Americana de Genética Humana que se celebra en Boston, Estados Unidos. Los pueden arrojar luz sobre el aumento del riesgo estadísticamente significativo de cáncer colorrectal que se asocia con el consumo de carne roja y procesada, según los autores del análisis.
"En caso de repetirse, nuestros hallazgos tienen una importancia relevante para la salud pública porque la dieta es un factor de riesgo modificable para el cáncer colorrectal", afirmó Jane Figueiredo, profesora asistente de Medicina Preventiva en la Escuela de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California, en Estados Unidos, que presentó el estudio en dicho foro.
Además, los científicos determinaron que el riesgo de cáncer colorrectal más bajo asociado con el consumo de vegetales, frutas y fibra también se vinculó a las variantes genéticas. "La posibilidad de que las variantes genéticas pueden modificar el riesgo de un individuo a la enfermedad sobre la base de la dieta no se ha investigado a fondo y es una nueva e importante visión del desarrollo de la enfermedad", destacó Ulrike Peters, director del estudio y miembro de la División de Ciencias de la Salud Pública del 'Fred Hutchinson Cancer Research Center', en Seattle (Estados Unidos).
Se analizó a 9.287 pacientes con cáncer colorrectal y un grupo de control de 9.117 individuos sin cáncer, todos ellos voluntairos en diez estudios observacionales del Consorcio de Genética y Epidemiología del Cáncer Colorrectal (GECCO). Los científicos buscaron sistemáticamente 2.700.000 variantes para identificar a las que están relacionadas con el consumo de carne roja y procesada, así como frutas y verduras. Las secuencias genéticas y la información acerca de la historia médica y la dieta de los participantes se extrajo de la base de datos de GECCO.
Se detectó una interacción significativa entre la variante genética rs4143094 y el consumo de carne procesada. Esta variante se encuentra en la misma región del cromosoma 10 que incluye GATA3, un gen del factor de transcripción previamente relacionado con varias formas de cáncer. El factor de transcripción codificado por este gen desempeña normalmente un papel en el sistema inmunológico. Así, en el cromosoma 8, se encontró una interacción entre la dieta y el gen estadísticamente significativa en otra variante, rs1269486, que se asoció con un riesgo reducido de cáncer colorrectal.
Los investigadores especulan con que la digestión de carne procesada puede promover una respuesta inmunológica o inflamatoria que lleve a desencadenar el desarrollo de tumores. El factor de transcripción GATA3 normalmente ayudaría a suprimir la respuesta inmunológica o inflamatoria, pero si la región del gen GATA3 contiene una mutación, puede codificar un factor de transcripción desregulado que afecta a su capacidad para suprimir la respuesta.
Además de descubrir una nueva interacción entre genes y dieta para el cáncer colorrectal, el estudio GECCO puede tener implicaciones importantes para la comprensión de las causas subyacentes y las vías biológicas del cáncer, según Peters. "Nuestro estudio pone de relieve dos regiones genéticas que son biológicamente interesantes en el cáncer", afirmó, refiriéndose a las variantes localizadas cerca de GATA3 y en 8q23.3.
A su juicio, estos loci genéticos pueden tener importancia biológica interesante dada su localización en el genoma, aunque cree que se requieren más análisis más funcionales. El cáncer colorrectal es una enfermedad multifactorial atribuida a la forma de vida, las causas ambientales y genéticas, para la qu ese han identificado más de 30 alelos de susceptibilidad genética en todo el genoma, además de existir variantes raras que tienen un fuerte impacto en las variantes de riesgo comunes y que son de bajo riesgo.
Fuente: Europapress
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