Los tumores están formados por millones de células, y extirpar todas estas células quirúrgicamente o eliminarlas con medicamentos se vuelve mucho más difícil una vez que el cáncer se ha extendido a otras partes del cuerpo.
Ahora, en un estudio publicado este mes en iScience, un equipo interdisciplinario formado por investigadores del Instituto de Ciencias Industriales de la Universidad de Tokio, la Universidad de Kanazawa, el Instituto de Ciencias de Tokio y la Facultad de Medicina de la Universidad de Kyorin ha determinado exactamente cómo estas células tumorales son capaces de viajar dentro del cuerpo para formar tumores en otros lugares.
Se han detectado pequeños grupos de células tumorales circulantes, que son células que se desprenden de los tumores y circulan por el torrente sanguíneo, en la sangre de pacientes con cáncer avanzado.
Estas células tumorales circulantes son mucho más propensas a causar metástasis que las células individuales.
«Las observaciones clínicas demuestran que las metástasis son inducidas por grupos de células tumorales circulantes, pero no estaba claro cómo estos grupos atraviesan la robusta barrera endotelial de los vasos sanguíneos para entrar en la circulación de nuestro cuerpo», explica la autora principal, la Dra. Yukiko Matsunaga, profesora de la Universidad de Tokio.
Para abordar esta cuestión, los investigadores desarrollaron un sistema de cultivo tridimensional in vitro que contiene un vaso sanguíneo artificial y organoides tumorales intestinales, pequeños fragmentos de tejido similar al tumor.
Los investigadores colocaron cuidadosamente los organoides justo al lado del vaso sanguíneo o ligeramente alejados de él.
A continuación, utilizaron técnicas de imagen en vivo para observar las interacciones entre las células tumorales y el vaso sanguíneo con el fin de determinar cómo los grupos de células tumorales se infiltran en los vasos sanguíneos.
«Los resultados fueron sorprendentes», coinciden Yukinori Ikeda, doctor, y Makoto Kondo, doctor, coautores principales del estudio.
«Observamos grupos de células tumorales que migraban hacia el vaso, rompiendo la pared celular del vaso para facilitar su entrada y dispersándose una vez dentro del vaso sanguíneo».
Los investigadores descubrieron que las células de la pared de los vasos sanguíneos expresaban altos niveles de factor de crecimiento transformante β (TGF-β) y activina en presencia de un grupo de células tumorales migratorias.
Esto se asoció con la transición endotelial-mesenquimal, es decir, la pérdida de las características endoteliales de la pared vascular en las zonas alteradas de la pared vascular.
Esto sugiere que los grupos indujeron el desmantelamiento parcial de la pared de los vasos sanguíneos.
«Nuestros hallazgos sugieren que estos grupos de células tumorales, tras desprenderse de los tumores primarios, se desplazan hacia los vasos sanguíneos, se apoderan de una parte de la pared vascular y se dispersan a través del torrente sanguíneo para facilitar la metástasis distal», explica Matsunaga.
Dado que la metástasis se asocia con un peor pronóstico, impedir que los grupos de células tumorales circulantes entren en el torrente sanguíneo podría mejorar los resultados en pacientes con cáncer avanzado.
El sistema 3D in vitro desarrollado en este estudio será valioso para desarrollar estrategias de tratamiento que se dirijan específicamente al mecanismo de infiltración en los vasos sanguíneos de estos grupos.
Fuente: Instituto de Ciencias Industriales, Universidad de Tokio
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