El estrés es inevitable. Pero en exceso puede ser terrible para nuestra salud. El estrés crónico puede aumentar el riesgo de cardiopatías y accidentes cerebrovasculares. También puede contribuir a la propagación del cáncer. Hasta ahora, su funcionamiento era un misterio, un reto para la atención oncológica.
Xue-Yan He, antiguo postdoctorando en el laboratorio de Mikala Egeblad, profesora adjunta del Cold Spring Harbor Laboratory (CSHL), afirma: "El estrés es algo que no podemos evitar realmente en los pacientes con cáncer. Si te diagnostican cáncer, no puedes dejar de pensar en la enfermedad, en el seguro o en la familia. Por eso es muy importante entender cómo nos afecta el estrés".
Ahora, He y Egeblad pueden haber logrado un gran avance en la comprensión de exactamente eso. En colaboración con la profesora del CSHL Linda Van Aelst, descubrieron que el estrés hace que ciertos glóbulos blancos llamados neutrófilos formen estructuras pegajosas similares a telarañas que hacen que los tejidos corporales sean más susceptibles a la metástasis. El hallazgo podría apuntar a nuevas estrategias de tratamiento que detengan la propagación del cáncer antes de que empiece.
La investigación se publica en la revista Cancer Cell.
El equipo llegó a su descubrimiento imitando el estrés crónico en ratones con cáncer. Primero extirparon tumores que crecían en las mamas de los ratones y propagaban las células cancerosas a los pulmones. A continuación, expusieron a los ratones al estrés. Lo que observó fue impactante.
"Observó un aumento aterrador de las lesiones metastásicas en estos animales. Las metástasis se multiplicaban hasta por cuatro", recuerda Egeblad.
El equipo descubrió que unas hormonas del estrés llamadas glucocorticoides actuaban sobre los neutrófilos. Estos neutrófilos "estresados" formaron unas estructuras en forma de tela de araña denominadas NET (trampas extracelulares de neutrófilos). Las NET se forman cuando los neutrófilos expulsan ADN. Normalmente, pueden defendernos de microorganismos invasores. Sin embargo, en el cáncer, las NET crean un entorno favorable a la metástasis.
Para confirmar que el estrés desencadena la formación de NET, lo que conduce a un aumento de la metástasis, realizó tres pruebas. En primer lugar, eliminó los neutrófilos de los ratones mediante anticuerpos. A continuación, inyectó en los animales un fármaco destructor de NET. Por último, utilizó ratones cuyos neutrófilos no respondían a los glucocorticoides. En cada prueba se obtuvieron resultados similares. "Los ratones estresados ya no desarrollaron más metástasis", afirma.
En particular, el equipo descubrió que el estrés crónico provocaba la formación de NET para modificar el tejido pulmonar incluso en ratones sin cáncer. "Es casi como preparar el tejido para contraer cáncer", explica Egeblad.
Para Van Aelst, la implicación, aunque sorprendente, está clara. "Reducir el estrés debería ser un componente del tratamiento y la prevención del cáncer", afirma.
El equipo también especula con la posibilidad de que futuros fármacos que impidan la formación de NET puedan beneficiar a pacientes cuyo cáncer aún no haya hecho metástasis. Estos nuevos tratamientos podrían ralentizar o detener la propagación del cáncer, ofreciendo un alivio muy necesario.
Fuente: Laboratorio Cold Spring Harbor
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