Investigadores del Hospital General de Massachusetts (MGH) han descubierto un mecanismo biológico que transforma las células expuestas a carcinógenos procedentes de factores ambientales como el tabaquismo y la luz ultravioleta en células inmunogénicas que pueden aprovecharse terapéuticamente para combatir los cánceres resistentes al tratamiento.
Según se publica en Science Advances, ese mecanismo consiste en estimular la liberación de pequeñas proteínas conocidas como quimiocinas que, a su vez, reclutan células inmunitarias antitumorales (células T CD8+) en el lugar del tumor para bloquear la metástasis, lo que podría aumentar la eficacia de una nueva generación de inmunoterapias.
"Los inmunoterápicos han sido muy prometedores en los últimos años, pero la realidad es que su tasa de respuesta en muchos tipos de cáncer es muy baja", afirma el autor principal, el doctor Shadmehr (Shawn) Demehri, investigador del Centro de Inmunología del Cáncer y del Centro de Investigación en Biología Cutánea del MGH. "Demostramos cómo las células expuestas a ciertos carcinógenos se vuelven inmunogénicas, es decir, se convierten en objetivos del ataque inmunitario, y cómo esa exposición podría aprovecharse para tratar formas de cáncer tan importantes como el de mama y otros cánceres epiteliales".
Se sabe que las células T CD8+ atacan eficazmente a las células expuestas a carcinógenos ambientales.
Pero en el pasado, la ciencia se ha centrado principalmente en las mutaciones causadas por estas exposiciones en el ADN hereditario del paciente como motivo del ataque inmunitario.
En su trabajo de laboratorio con ratones, el equipo del MGH demostró por primera vez otra consecuencia de la exposición a carcinógenos que puede tener importantes implicaciones inmunológicas, a saber, la alteración no genética de las células a través de factores ambientales nocivos como el tabaco, la luz ultravioleta y la contaminación.
"Este hallazgo es especialmente importante porque podría abrir la puerta a intervenciones terapéuticas que no son prácticas con un enfoque de ADN, ya que ningún clínico quiere introducir aún más mutaciones genéticas en las células cancerosas sólo para hacerlas más inmunogénicas", explica Demehri.
"Aprendimos que si había otro elemento inmunogénico asociado a la exposición al carcinógeno, independiente o incluso complementario a la presencia de la mutación, entonces se podría introducir ese factor en un tumor 'frío' para hacerlo 'caliente', lo que significa que se volvería inmunogénico y respondería a las inmunoterapias."
Ese factor es una quimiocina conocida como CCL21, que los investigadores del MGH descubrieron que se expresaba en las células de cáncer de mama de ratones expuestos a DMBA, un carcinógeno similar al que se encuentra en el humo del cigarrillo.
"A través de su señalización, la CCL21 recluta células T CD8+ que se infiltran en el tumor, como han demostrado trabajos anteriores, y se asocian a una reducción significativa del riesgo relativo de metástasis a distancia", afirma el autor principal, el doctor Kaiwen Li, investigador del Centro de Inmunología del Cáncer del MGH, del Centro de Investigación en Biología Cutánea del MGH y del Departamento de Urología del Hospital Memorial Sun Yat-sen de la Universidad Sun Yat-sen de China.
"El CCL21 no sólo induce una respuesta inmunitaria antitumoral para prevenir la metástasis, sino que evita que otras células inmunitarias conocidas como Tregs (células T reguladoras inmunosupresoras) presentes en los tumores inhiban el trabajo de las células T CD8+".
Como ejemplo de cómo este mecanismo único podría utilizarse terapéuticamente, el equipo del MGH informó de que una inyección de CCL21 en el tumor podría ser capaz de transformar los cánceres de mama fríos en tumores calientes que respondan a las inmunoterapias actuales.
"Esperamos que los investigadores utilicen estos hallazgos para abrir un campo de investigación mucho más amplio en la inmunología del cáncer", subraya Demehri. "En concreto, se necesitan estudios para identificar toda la gama de citocinas y quimiocinas que son inducidas por carcinógenos ambientales en varios tipos de cáncer con el objetivo de aprovechar los mediadores más potentes de la inmunidad antitumoral".
Fuente: Massachusetts General Hospital