La radioterapia es una piedra angular del tratamiento del cáncer de hoy en día.
Para ello, los pacientes suelen ser irradiados diariamente durante varias semanas.
Aunque esta terapia contribuye a la curación en muchas personas, otras apenas se benefician de ella.
Las causas precisas de estas diferencias no están claras.
Utilizando métodos de pruebas genéticas, un equipo dirigido por el Prof. Sven Rottenberg de la Universidad de Berna y en estrecha colaboración con el Instituto Holandés del Cáncer en Amsterdam, ha identificado ahora los genes que juegan un papel importante en este proceso.
"Para muchos pacientes con cáncer, sus familiares y los médicos que los tratan, es increíblemente frustrante cuando no hay éxito después de una minuciosa radioterapia que lleva semanas", dijo Rottenberg.
"Esperamos que nuestros hallazgos contribuyan a predecir mejor las posibilidades de éxito de la terapia".
Los hallazgos también pueden ser utilizados para desarrollar nuevos medicamentos que podrían mejorar la eficacia de la radioterapia.
Los resultados del estudio han sido publicados en la revista Cell Reports.
Genes clave para el éxito terapéutico
El objetivo de la radioterapia es dañar el ADN de las células cancerígenas, es decir, su plano.
Esto contiene mutaciones que causan un crecimiento descontrolado.
El crecimiento del tumor se debe detener destruyendo el ADN de las células cancerosas.
Pero como todas las células de nuestro cuerpo, las células cancerosas también tienen las herramientas para reparar este daño en el ADN.
Hay diferencias fundamentales entre los tumores de los pacientes de cáncer en cuanto a las herramientas disponibles.
Estas están relacionadas con los genes que codifican la información para estas herramientas.
Los investigadores de Rottenberg usaron la detección genética para investigar la auto-reparación de las células cancerosas.
En el proceso, se encontraron con debilidades cruciales: Si ciertos genes de reparación faltan en las células cancerosas, son incapaces de repararse a sí mismos después de la irradiación.
Los investigadores fueron capaces de probar esto en un modelo animal así como en células humanas.
Si estos genes faltan, hay por lo tanto una buena posibilidad de que la radioterapia tenga éxito.
"Nuestros hallazgos muestran la importancia de una terapia personalizada contra el cáncer que tenga en cuenta la predisposición genética de las personas afectadas", dijo Rottenberg.
Fuente: University of Bern
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