Un nuevo análisis genético de la sangre podría preparar el camino para una detección temprana de cánceres que con frecuencia resultan letales cuando se detectan demasiado tarde, sugiere un nuevo estudio.
El análisis busca en la sangre fragmentos de ADN liberados por los tumores cancerosos, explicó el investigador líder, el Dr. Victor Velculescu.
Al revisar en esos fragmentos de ADN las mutaciones encontradas en 58 genes "fomentadores del cáncer", el análisis sanguíneo detecta muchos cánceres en etapa temprana sin dar falsos positivos en personas sanas, apuntó Velculescu, codirector de biología del cáncer en el Centro Oncológico Kimmel de Johns Hopkins, en Baltimore.
El análisis detectó los cánceres de colon, mama, pulmón u ovario en etapa 1 o 2 entre un 59 y un 71 por ciento de las veces al evaluar a 200 pacientes que ya se habían diagnosticado con cáncer, encontraron los investigadores.
"Si podemos detectar el cáncer antes, habría muchas más probabilidades de salvar vidas", dijo Velculescu. "La diferencia en supervivencia entre la enfermedad en etapa tardía y en etapa temprana de estos cánceres equivale a más de un millón de vidas cada año en todo el mundo".
El análisis también resultó capaz de descartar a las personas sin cáncer.
El Dr. Len Lichtenfeld, subdirector médico de la Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society), dijo que esta es una "investigación importante" que "nos lleva un paso más adelante en el camino a desarrollar un análisis sanguíneo que podría detectar el cáncer antes".
"Todavía debemos mejorar la sensibilidad, pero es un paso hacia adelante. Es prueba de concepto", dijo Lichtenfeld. "No es un análisis que estará disponible en un laboratorio clínico pronto".
Para desarrollar un análisis genético de sangre para el cáncer, los investigadores deben encontrar formas de detectar las mutaciones en el ADN vinculadas con el cáncer al mismo tiempo que ignoran las mutaciones naturales e inocuas que ocurren en los humanos de forma regular, explicó Velculescu.
Velculescu y su equipo desarrollaron un escáner genético que en esencia "usa distintos fragmentos para crear una imagen del aspecto del ADN tumoral", dijo Lichtenfeld. "Es lo que hace que sea tan elegante".
El equipo de investigación creó un panel de 58 genes vinculados con el cáncer, y usó su escáner para buscar fragmentos de ADN tumoral en la sangre de 200 personas que se sabía que tenían cáncer.
En general, los investigadores detectaron más o menos un 62 por ciento de los cánceres en etapa 1 y 2.
El análisis detectó concretamente el cáncer de colon en etapa temprana el 71 por ciento de las veces, el cáncer de mama y de pulmón un 59 por ciento de las veces, y el cáncer de ovario un 68 por ciento de las veces.
La capacidad de detectar el cáncer de ovario en etapa temprana es particularmente necesaria, apuntó Lichtenfeld. Menos de uno de cada cinco cánceres de ovario se detectan temprano, cuando la tasa de supervivencia a cinco años es superior a un 90 por ciento. La mayoría se detectan cuando ya se han propagado, y entonces las probabilidades de supervivencia a 5 años son del 40 por ciento o menos, indicó.
"Encontrar cualquier marcador en una paciente de cáncer de ovario en etapa 1 es muy importante, porque es un tumor que usualmente se presenta en una etapa mucho más tardía", dijo Lichtenfeld.
Los investigadores también evaluaron directamente tejido canceroso extirpado a la mitad de los 200 pacientes con cáncer. Encontraron que un 82 por ciento de los tumores contenían mutaciones que se correlacionaban con los fragmentos de ADN encontrados en la sangre de una persona.
Para comprobar la capacidad de la prueba de descartar a las personas sanas, los investigadores también analizaron la sangre de 44 voluntarios sin cáncer. No ocurrió ningún falso positivo.
Eso equivale a menos de un falso positivo en más de 3.5 millones de letras de ADN secuenciadas, dado que cada análisis distinto requiere la evaluación de 80,000 pares de base de ADN asociados con el panel de detección de los 58 genes, comentó Velculescu.
A pesar de esos resultados promisorios, los investigadores deben validar el análisis sanguíneo en estudios de mayor tamaño, apuntó Velculescu.
También se necesita más trabajo para mejorar la tasa de detección, agregó Lichtenfeld. "Los análisis no pudieron detectar el 100 por ciento de los cánceres", dijo.
Por último, los oncólogos deben hablar sobre qué se hará cuando la tecnología evolucione hasta el punto que esos análisis encuentren de forma regular tumores que no suponen una amenaza para la vida, planteó Lichtenfeld. En algunos casos, el tratamiento para extirpar el cáncer podría ser peor que no hacer nada.
"Será importante distinguir entre los cánceres que hacen daño a la gente y los cánceres que quizá no tengan un impacto a largo plazo en la supervivencia", dijo Lichtenfeld.
Fuente: Medline Plus
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