La cantidad de supervivientes de cáncer no fumadores expuestos al humo de segunda mano se ha reducido de forma significativa en Estados Unidos, pero es demasiado pronto para respirar con alivio.
Una nueva revisión de datos federales sobre casi 700 supervivientes adultos al cáncer que no fumaban encontró que un 15.7 por ciento reportaron exposición al humo de segunda mano en 2011-2012, una reducción frente a casi un 40 por ciento con respecto a lo que reportaron en 1999-2000.
Pero las tasas de exposición fueron más altas entre los que tenían antecedentes de un cáncer relacionado con fumar y los que vivían por debajo del nivel de pobreza federal.
Las tasas de exposición al humo de segunda mano entre los supervivientes al cáncer que no fuman son similares a las de la población general, encontró el estudio.
"Esto es preocupante", lamentó el autor del estudio, el Dr. Oladimeji Akinboro, residente médico jefe en el Hospital de Montefiore en New Rochelle, Nueva York, "porque los que han tenido o tienen cáncer representan un grupo de personas cuyos resultados de salud se ven afectados de forma adversa por cualquier forma de exposición al tabaco".
La exposición al humo de segunda mano puede dañar la recuperación y aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular, ataque cardiaco y muerte de los supervivientes al cáncer, advirtió.
El estudio encontró que algunos grupos, en particular las minorías étnicas y las personas con unos ingresos bajos, tenían unas tasas más altas de exposición que otros.
En general, un 55.6 por ciento de los negros y un 26 por ciento de los blancos se habían expuesto al humo de segunda mano.
De los que tenían antecedentes de un cáncer relacionado con fumar, un 35.5 por ciento reportaron exposición, al igual que un 26 por ciento de los que tenían un cáncer no vinculado con fumar.
De las personas con ingresos por debajo del nivel de pobreza federal, un 53 por ciento reportaron haberse expuesto al humo de segunda mano, frente a casi un 23 por ciento de los que tenían unos ingresos más altos.
En general, un 4.5 por ciento de los supervivientes adultos al cáncer que no fumaban vivían con un fumador, según el estudio, publicado en la edición del 22 de junio de la revista Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention.
"Se debe animar a los pacientes y a los supervivientes de cáncer a ser sus propios defensores respecto a la exposición al humo de segunda mano, a adoptar normas voluntarias de viviendas y vehículos libres de humo, y a evitar ambientes fuera de casa donde sea probable que se vean expuestos al humo de tabaco de forma involuntaria", aconsejó Akinboro en un comunicado de prensa de la revista.
Fuente: Medline Plus
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