La cantidad de adolescentes de EE. UU. que utilizan el bronceado bajo techo se ha reducido a la mitad en los últimos años, revela una nueva encuesta del gobierno.
Solo alrededor de un 7 por ciento de los estudiantes de secundaria dijeron que habían usado el bronceado en interiores en 2015, una reducción frente a casi un 16 por ciento de los estudiantes en 2009, según los resultados de una encuesta de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
Pero eso sigue equivaliendo a más de un millón de estudiantes que se ponen a sí mismos en un mayor riesgo de cáncer de piel, incluyendo la forma más grave de la enfermedad, el melanoma, al ir a un salón de bronceado, advirtió el autor líder del estudio, Gery Guy Jr.
Lo peor es que su uso del bronceado bajo techo parece darles una falsa sensación de seguridad cuando salen a la luz solar real al aire libre, apuntó Guy, economista de la salud en la división de prevención y control del cáncer de los CDC.
"También encontramos que entre los 1.2 millones de estudiantes de secundaria que siguen bronceándose bajo techo, un 82 por ciento experimentaron una quemadura solar en el año anterior", dijo Guy. Eso aumenta el peligro, añadió.
Apenas una quemadura solar con ampolla durante la niñez o adolescencia puede casi duplicar el riesgo de por vida de desarrollar un melanoma, según la Academia Americana de Dermatología (American Academy of Dermatology).
Los adolescentes creen en el mito de que el bronceado bajo techo provee un "bronceado base" que les protege contra las quemaduras solares, señaló Guy.
"No hay un bronceado base. La piel bronceada es piel dañada", enfatizó Guy. "Los individuos quizá crean que un bronceado base les protege, cuando en realidad no es así".
La Encuesta de Conductas Juveniles Arriesgadas de los CDC, que se realiza a miles de estudiantes de secundaria, se enfoca en conductas riesgosas que podrían plantear un peligro para la salud y la seguridad de niños y adolescentes.
Como parte de la encueta, se preguntó a los adolescentes con qué frecuencia habían utilizado un dispositivo de bronceado bajo techo (como una lámpara solar, una cama solar o una cabina de bronceado) en los 12 meses anteriores. También les preguntaron cuántas quemaduras solares habían sufrido.
El bronceado bajo techo alcanza su popularidad máxima entre las chicas blancas. Pero incluso ese grupo experimentó un gran descenso en las sesiones en el salón de bronceado, al bajar de más de un 37 por ciento en 2009 a poco más de un 15 por ciento en 2015, mostraron los hallazgos.
Lamentablemente, el interés de las chicas blancas por el bronceado bajo techo parece aumentar con la edad, y el estudio encontró que más o menos una de cada cuatro chicas de a partir de 17 años de edad sigue usando las camas de bronceado.
El Dr. Len Lichtenfeld, subdirector médico de la Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society), dijo que "la realidad de que una cuarta parte de las mujeres de a partir de 17 años de edad estén usando bronceado bajo techo es muy preocupante. Básicamente dice que hay un mercado inmenso para el bronceado bajo techo, y que los jóvenes siguen aprovechando esa oportunidad".
Una ola de leyes estatales que restringen el uso de las camas de bronceado en los adolescentes probablemente haya sido el principal factor impulsor en el declive observado, dijeron Guy y el Dr. Henry Lim, dermatólogo en el Hospital Henry Ford, en Detroit.
Solo cinco estados tenían leyes que restringían el bronceado bajo techo en 2009, pero en 2015, 42 estados ya habían promulgado leyes de este tipo, según el informe.
"La mayoría no son prohibiciones, sino restricciones de que se tiene que obtener el consentimiento de los padres para ir a una cabina de bronceado", apuntó Lim, coautor de un editorial que acompañó al estudio. "Creo que es como un disuasorio".
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. había propuesto una norma federal que restringiera el acceso a las camas de bronceado de los niños menores de 18 años, pero sigue siendo tan solo eso, una propuesta, dijo Lichtenfeld.
La Organización Mundial de la Salud ha clasificado a los dispositivos para broncearse bajo techo como cancerígenos. Y Guy dijo que en 2014, la oficina del Cirujano General de EE. UU. incluyó la limitación del bronceado bajo techo como una de sus metas estratégicas para la prevención del cáncer de piel.
Lamentablemente, las escuelas de EE. UU. no parecen estar promoviendo la seguridad solar, según un segundo estudio de los CDC. Ambos fueron publicados en la edición en línea del 3 de marzo de la revista JAMA Dermatology.
Los investigadores encontraron que las prácticas de seguridad solar no son comunes en las escuelas, en particular en las escuelas secundarias.
Por ejemplo, apenas alrededor de un 37 por ciento de las escuelas secundarias requerían que los maestros dieran a los estudiantes tiempo para untarse filtro solar, en comparación con más o menos la mitad de las escuelas primarias e intermedias.
Incluso así, los niños que no traían su propio filtro solar quedaban mayormente sin protección. Poco más de un 13 por ciento de las escuelas dijeron que ofrecían filtro solar para el uso de los niños.
Lim cree que las restricciones sobre el bronceado bajo techo y la educación pública continua seguirán reduciendo la cantidad de adolescentes que acuden a los salones de bronceado.
"Creo que vamos por buen camino, y debemos continuar", planteó Lim. "Es parecido al tabaquismo. Lograr que la gente cambie de conducta amerita un esfuerzo concertado".
Fuente: Medline Plus