Unos gorros para enfriar el cuero cabelludo podrían ayudar a las pacientes de cáncer de mama a salvar su pelo de los estragos de la quimioterapia, sugieren dos nuevos estudios.
Más de la mitad de las mujeres a las que se suministraron gorros de enfriamiento conservaron su pelo durante la quimioterapia en el primer ensayo aleatorio del mundo de los dispositivos, aseguró la investigadora líder, la Dra. Julie Nangia, profesora asistente y experta en cáncer de mama del Colegio de Medicina Baylor, en Houston.
"El ensayo se detuvo temprano porque el dispositivo fue muy efectivo en el grupo que lo recibió", dijo Nangia. "En nuestro estudio, la mitad de las mujeres que usaron el dispositivo para enfriar el cuero cabelludo conservaron su pelo, y en el grupo de control hubo cero retención del pelo. Todas las que no tenían el dispositivo perdieron el pelo".
Un segundo estudio también encontró que los gorros de enfriamiento podían reducir la pérdida del pelo, ya que dos tercios de las pacientes perdieron la mitad o menos de su pelo durante la quimioterapia, reportaron los investigadores.
Los dos estudios aparecen en la edición del 14 de febrero de la revista Journal of the American Medical Association. Ambos recibieron financiación de los fabricantes de los dispositivos de enfriamiento utilizados en cada estudio: Paxman Coolers, de Inglaterra, y Dignitana, de Suecia, respectivamente.
Los gorros de enfriamiento del cuero cabelludo podrían salvar vidas al hacer que la quimioterapia sea más aceptable para las pacientes de cáncer de mama, planteó Nangia.
Alrededor de un 50 por ciento de las pacientes consideran la pérdida del pelo como el aspecto más traumático de la quimioterapia, y aproximadamente un 8 por ciento reportan que rehusarían la quimioterapia debido a ese problema, señaló un editorial que acompañó al estudio en la revista.
"Universalmente, toda mujer llora cuando le digo que perderá el pelo. Es un aspecto muy emocional", dijo Nangia.
"Cuando se pierde el pelo, forma parte de la imagen corporal y la sexualidad", continuó. "También se pierde anonimato y privacidad. Todo el mundo sabe que una está enferma. No se puede simplemente salir y ser una persona normal".
Los duros medicamentos usados en la quimioterapia hacen que los folículos capilares se debiliten y se rompan. También dañan a las células de crecimiento del pelo en los folículos, lo que puede impedir que el ciclo de crecimiento del pelo se detenga del todo o provocar que el nuevo pelo se caiga con facilidad.
Los gorros de enfriamiento del cuero cabelludo parecen limitar este daño al constreñir los vasos sanguíneos en el cuero cabelludo, reduciendo la cantidad de quimioterapia que se administra a los folículos capilares, explicó Nangia. Los gorros de enfriamiento también podían reducir el daño bioquímico provocado a los folículos por la quimioterapia que logra alcanzarlos.
Las pacientes se ponen un apretado gorro de enfriamiento del cuero cabelludo durante media hora antes de la quimioterapia, y se lo dejan puesto durante 120 minutos luego, según los dos estudios.
"La clave es que quede bien ajustado, porque si hay cualquier brecha se perderá el pelo donde no haya un buen contacto", comentó Nangia.
El ensayo clínico de Nangia incluyó a 182 pacientes con cáncer de mama. Se eligieron a dos tercios al azar para recibir el enfriamiento del cuero cabelludo, y las demás recibieron la quimioterapia sin el gorro de enfriamiento.
Pero el ensayo se detuvo después de que se obtuvieron los datos de las primeras 142 pacientes y se hizo evidente que el enfriamiento tenía un efecto significativo al ralentizar o detener la pérdida del pelo, dijo Nangia.
En el segundo estudio, llevado a cabo en cinco centros médicos de EE. UU. y dirigido por la Dra. Hope Rugo, de la Universidad de California en San Francisco, participaron 101 pacientes de cáncer de mama a quienes se suministró un gorro de enfriamiento, y con 16 pacientes en un grupo de control. De nuevo, todas las pacientes sin el gorro perdieron el pelo, mientras que la pérdida de pelo se limitó o detuvo en las que usaron el gorro para enfriar el cuero cabelludo.
El riesgo de pérdida de pelo varió ampliamente en ambos estudios, dependiendo de qué centro médico proveyó la terapia de enfriamiento del cuero cabelludo y qué medicamentos de quimioterapia se usaron en el tratamiento, comentó el Dr. Len Lichtenfeld, subdirector médico de la Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society). Lichtenfeld no participó en la investigación.
El nivel de experiencia que un centro tenía con los dispositivos pareció mejorar su capacidad de conservar el pelo, y la dureza relativa de la quimioterapia de la paciente también pareció tener un rol, explicó Lichtenfeld.
"Esos dispositivos previenen la pérdida de pelo en algunas mujeres, pero depende mucho del operador y de la quimioterapia", dijo Lichtenfeld.
Actualmente, los dispositivos para enfriar el cuero cabelludo cuestan entre 1,500 y 3,000 dólares por paciente en Estados Unidos, y el seguro médico no los reembolsa, anotó el estudio de Nangia. Esto no incluye el tiempo ni el costo de aplicar el dispositivo durante la quimioterapia, añadió Lichtenfeld.
Ninguno de los dos estudios encontró ningún efecto adverso a largo plazo provocado por los gorros de enfriamiento. Pero hay preocupaciones de que el cáncer podría reaparecer en el cuero cabelludo de una mujer años tras el tratamiento, dijeron Lichtenfeld y el Dr. Richard Bleicher, líder de la línea de servicio clínico del seno en el Centro Oncológico Fox Chase, en Filadelfia.
Bleicher, que también es profesor asociado de oncología quirúrgica en el Fox Chase, dijo que "ha habido cierta preocupación de que si circula menos quimioterapia en el cuero cabelludo, podría haber una mayor probabilidad de que ocurran metástasis del cáncer de mama en ese lugar".
Nangia reconoció las preocupaciones de que restringir el flujo de la quimioterapia en el cuero cabelludo podría proteger a las células cancerosas que se oculten en el mismo.
Ambos equipos de investigación planifican seguir a las pacientes durante al menos cinco años para ver si hay algún aumento en el riesgo de recurrencia del cáncer. Nangia añadió que estudios europeos anteriores no han encontrado ningún efecto en la supervivencia a largo plazo del cáncer.
Fuente: Medline Plus