Más del 90 por ciento de los estudiantes de secundaria no hacen el suficiente ejercicio para mantenerse en forma y con un buen estado de salud, y el patrón sigue después de graduarse, según un estudio reciente.
Los investigadores siguieron a los estudiantes de 44 escuelas de secundaria durante 4 años, y hallaron que solamente el 9 por ciento cumplieron con las recomendaciones actuales de ejercicio en ese periodo. Para la mayoría, esos hábitos se mantuvieron después de secundaria, aunque los estudiantes universitarios eran más activos que los que no estudiaron luego.
También hubo alguna variación entre los jóvenes universitarios, según el estudio: Los que vivían en el campus hacían más ejercicio que los que vivían en casa.
No está claro por qué esos estudiantes eran más activos. Quizá practicaron más deportes, por ejemplo, o simplemente caminaban más, yendo de las clases a los dormitorios y otros edificios del campus, comentó el investigador principal, Kaigang Li.
"Que el entorno sea apto para caminar es importante", dijo Li, profesor asistente de ciencias de la salud y del ejercicio en la Universidad Estatal de Colorado, en Fort Collins.
El estudio no es el primero que muestra que la mayoría de los adolescentes estadounidenses deben moverse más.
Según Peter Katzmarzyk, profesor en el Centro de Investigación Biomédica Pennington de la Universidad de Luisiana, en Baton Rouge, "este estudio realmente confirma los niveles bajos de actividad física de los adolescentes, que parecen mantenerse a lo largo del tiempo a medida que hacen la transición a la adultez".
La potencia de este estudio, dijo, está en que mide objetivamente los niveles de actividad de los adolescentes: llevaban puestos unos dispositivos llamados acelerómetros, que registraron cuánto se movieron en el trascurso de una semana.
Katzmarzyk, que no participó en el estudio, realiza investigaciones sobre los patrones de ejercicio, la obesidad y la salud infantil.
Hace mucho que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. recomiendan a los niños y adolescentes que hagan al menos una hora de actividad física al día. Eso significa principalmente hacer ejercicio que aumente la frecuencia cardiaca, como por ejemplo correr. Pero los niños también deberían realizar algunas actividades que aumenten la fuerza, como hacer flexiones o levantar pesos ligeros.
Pero los estudios han mostrado que pocas personas jóvenes siguen ese consejo, según los CDC.
Quizá eso esté en parte relacionado con la falta de educación física en las escuelas: solamente el 29 por ciento de los estudiantes de secundaria tienen una clase de gimnasia todos los días, según los CDC.
La evidencia de esta nueva investigación y de otros estudios es un buen argumento a favor de que haya más educación física, según Katzmarzyk.
"Cualquier modo en que podamos aumentar los niveles de actividad física en los adolescentes podría traducirse en que mantengan unos niveles más altos de actividad física en la adultez joven", dijo. "Así que la educación física en la escuela secundaria ciertamente es un instrumento importante para esto".
Aun así, según Li, probablemente haya muchas razones que expliquen los niveles bajos de ejercicio de los adolescentes.
Indicó que en la escuela primaria, la mayoría de los niños estadounidenses no hacen la suficiente actividad física. Pero después de eso hay una reducción marcada. Según Li, eso podría estar relacionado con muchos factores, incluyendo que al inicio de la escuela intermedia las tareas para casa son más abundantes, y se pasa más tiempo con los teléfonos celulares y las computadoras.
Los nuevos hallazgos se basan en 561 estudiantes a los que se dio seguimiento durante 4 años, empezando en décimo curso. Más del 90 por ciento no llegaron a hacer una hora de ejercicio al día a lo largo del periodo de estudio, encontró el equipo de Li.
Además, los niveles de actividad de los participantes del estudio se redujeron de forma típica en el año de la graduación de secundaria, especialmente si no iban a la universidad. Los que fueron a una universidad de 4 años hicieron un poco más de ejercicio, sobre todo si vivían en el campus.
Según Li, eso sugiere que la vida universitaria ayuda a que los jóvenes estén más activos, posiblemente porque da a los estudiantes un acceso al gimnasio y a otras instalaciones.
Aun así, dijo, las universidades pueden promover más que se haga ejercicio. Lo mismo aplica a las comunidades, para que todos los jóvenes tengan la oportunidad de moverse cada día, añadió.
"Las comunidades podrían crear entornos en los que se pueda caminar más, parques públicos, carriles para las bicicletas, o programas de ejercicio de bajo costo o gratis", dijo Li.
Pero los gimnasios y los carriles para las bicicletas "no son suficiente". Los niños y adolescentes tienen que aprender desde una edad temprana cómo incluir hábitos saludables a lo largo del día, enfatizó.
"Especialmente a medida que los niños se hacen más independientes", dijo Li, "es importante que tengan las habilidades de gestionar su tiempo y de tomar buenas decisiones".
Los hallazgos del estudio aparecen en la edición en línea del 26 de septiembre de la revista Pediatrics.
Fuente: Medline Plus
Somos una organización benéfica independiente y no estamos respaldados por una gran empresa o sociedad. Recaudamos cada centavo para elevar los estándares del cáncer a través de la educación. Puede ayudarnos a continuar nuestro trabajo para abordar las desigualdades en la atención del cáncer haciendo una donación.
Cualquier donación, por pequeña que sea, contribuye directamente a los costos de crear y compartir educación oncológica gratuita. Juntos podemos obtener mejores resultados para los pacientes abordando las desigualdades mundiales en el acceso a los resultados de la investigación del cáncer.
Gracias por tu apoyo.