Más de una cuarta parte de los estadounidenses mayores de 50 años no hacen ejercicio, estima un nuevo informe federal, lo que aumenta su riesgo de enfermedad cardiaca, diabetes y cáncer.
"Los adultos se benefician de cualquier cantidad de actividad física", afirmó la coautora del estudio, Janet Fulton. "Ayudar a las personas inactivas a tener una mayor actividad física es un importante paso para lograr unas comunidades más saludables y vibrantes".
Fulton es jefa de la Rama de Actividad Física y Salud de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
En el estudio, los investigadores analizaron los resultados de una encuesta nacional de 2014 sobre la salud, enfocándose en las personas de a partir de 50 años de edad. Los investigadores definieron la inactividad como moverse solo para realizar las actividades diarias de rutina.
Según esa definición, 31 millones de estadounidenses mayores son inactivos: poco más del 29 por ciento de las mujeres y casi un 26 por ciento de los hombres.
Un tercio de los hispanos y los negros eran inactivos, mostraron los hallazgos. Eso es en comparación con un 26 por ciento de los blancos y un 27 por ciento de las personas de otros grupos raciales y étnicos.
Mientras más envejecen los estadounidenses, menos ejercicio hacen, según el estudio. Un 35 por ciento de las personas de más de 75 años eran inactivas, al igual que un 27 por ciento de las que tenían entre 65 y 74, y un 25 por ciento de las que tenían entre 50 y 64.
Los sureños eran los menos propensos a hacer ejercicio: un 30 por ciento eran inactivos. En comparación, un 28 por ciento de las personas mayores del oeste medio, un 27 por ciento de las del noreste y un 23 por ciento de las del oeste eran inactivas.
Colorado tenía a los estadounidenses mayores más activos, ya que el 82 por ciento hacían ejercicio a diario. Las personas en Arkansas eran las menos activas, y solo un 61 por ciento hacían ejercicio a diario, según el informe.
Las personas con peso en exceso eran menos propensas a ser activas, mientras que las que tenían un nivel educativo más alto eran más propensas a hacer ejercicio, encontró el estudio. Algo que no resultó sorprendente es que las personas con una enfermedad crónica eran más inactivas (un 32 por ciento) que las que no estaban enfermas (un 19 por ciento).
La actividad física puede aumentar la longevidad y reducir el riesgo de afecciones como la enfermedad cardiaca, la diabetes tipo 2, la demencia y algunos tipos de cáncer, según los CDC. Y entre las personas mayores, el ejercicio también puede reducir el riesgo de caídas y de fracturas de huesos.
"Se necesita más trabajo para hacer que para las personas de todas las edades y capacidades resulte más seguro y más fácil ser activas en sus comunidades", comentó en un comunicado de prensa de los CDC la autora líder, Kathleen Watson. Watson es epidemióloga de la División de Nutrición, Actividad Física y Obesidad de los CDC.
Fuente: Medline Plus